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El modo épico

Es bello dejar que ocurra de un modo épico, que no se diga: Una hora y veinte minutos. También respecto a los lugares. Que no se diga: eso está a veintidós metros de distancia, como ocurre de continuo en Simenon (que, por otra parte, es un grandísimo escritor). Sino que sea como aquellos que escribían antes: a un tiro de piedra. O: en un lapso de tiempo. O: mientras ocurría esto, por ejemplo, aquí en el jardín, la regadera se llenaba de agua. 


* La Braña/Veriña [2012, F.F.]
**Peter Handke & Peter Hamm (2006): Vivan las ilusiones. Conversaciones en Chaville y otros lugares. Traducción de Eustaquio Barjau.

Sube llindiando

llindiar.

1. Apacentar el ganado: Taba llindiando a la vera’l prau. Vigilar las vacas en los prados. Cuidar del ganado bovino cuando anda suelto. Cuidar las reses que pastan en una finca de aparcería sin cercas para que no penetren en lo ajeno. Cuidar el ganado. Pastorear las vacas. Llevar a pacer el ganado por las orillas de las heredades o caminos. 2. Cuidar, vigilar. 3. Poner alambres eléctricas de cercado 4. Conducir el ganado al pasto. 5. Pastar el ganado. 6. Pegar, zurrar: Como sigas metiéndote comigo voi allindiate. 6. Lindar: Lo tou llindia colo del tíu. 7. Dar los primeros surcos al lado de los ribones.

Dichos, refranes y textos de literatura oral: La cabra que tira al monte non hay cabreru que la llinde [Fabriciano].{Es posible que en algún sitio se oponga semánticamente llindar ‘limitar’ / llindiar ‘vigilar el ganado’}.

(a partir de) Xosé Lluis García Arias. 2004. Diccionario General de la Lengua Asturiana


Vaca roxa que alguien llindiaba en Somiéu, según la vio Mr. Froy en el verano de 2008.

Una meditación oblicua


**LUGAR, se dice todo aquello que contiene en sí otra cosa.
 
***Las exageraciones se independizan, como las ratas marsupiales de las axilas de Karora.


*Calle Obispo Hurtado, Granada [F.F., 2011]/**Sebastián de Covarrubias (1661): Tesoro de la lengua castellana o española./***Elias Canetti (1996): Apuntes 1992-1993. Traducción de Juan José del Solar.

Una hipótesis de muchacha


Don Chito ya entreveía al fondo del digamos último cáliz -un cinco años blanco extra-seco de Don Carcelón Empédocles e Hijo, Albano Laziale, como para imaginarlos a todos en comisaría: al vino, al vaso, al Padre, al Hijo y al Lacio- cuando el fardo de sus particulares opiniones sobre las concausas afectivas (aunque él decía eróticas) de los humanos aconteceres lo llevó a considerar, obviamente, que una sobrina de tal condición no era una sobrina corriente, una Luciana o una Adriana que hoy viene a la capital, donde los tíos, después se va, luego regresa, después pone un telegrama, se va otra vez, llega a su casa, manda al poco una postal con recuerdos y besos, vuelve a venir desde Viterbo o Zagarolo porque de nuevo le toca dentista, y así sucesivamente.

"Su buen embrollo tiene la sobrinilla esta", rumió para sí con aquel blanco seco en Porta Paradisi que aún le hacía titilar la campanilla. Sí, sí. Bajo aquel apelativo de "sobrina" debía de esconderse todo un barullo u ovillo, una telaraña de sentimientos, de los más raros y delicados. Ella. Él. Ella, por respeto a él. Él, por deferencia a ella.


*Belleville [F.F., 2009]
**Carlo Emilio Gadda (1957): Quer pasticciaccio brutto de via Merulana

Huesecillos






















Los mineros son expertos en estratos. No necesitan haber leído, porque en ellos se agita el fondo pagano. Se abren a un estrato pagano, lo despejan, hacen que venga a ellos y se limitan a decir: es carbón, es Cristo.


*Talleres del Conde Sizzo [F.F., 2012]
**Gilles Deleuze (1978): "Lawrence y Juan de Patmos".

Pestillo: interruptor: clavija



















En el libro, los lugares siempre son distintos y más prolongados y más productivos para el lector que si uno va y lo lleva y le dice, como en peregrinación o en visita turística: «este es el árbol o el…». Eso me cohíbe. Cada uno, después de haber leído algo, tiene en su interior la imagen, y luego se alegra ante la imagen. Pero la ocasión siempre decepciona e incluso puede ser una carga. […] Para mí los lugares son realmente los espacios, las delimitaciones que producen las vivencias. Mi punto de partida no es nunca una historia o un acontecimiento, un suceso, sino un lugar. No quiero describir el lugar, sino relatarlo. Ese es mi mayor deseo. Puede ser tan sólo un río. O la nieve, la forma en que cae sobre un jardín concreto o junto a un árbol concreto, un tipo concreto de corteza. Y eso me provoca el deseo de comenzar.


*Nitrastur [F.F., 2012]
**Peter Handke (1987): Pero yo vivo sólo de los intersticios. Traducción de Fruela Fernández

El Nitrógeno



A diferencia de lo que ocurría con los viejos pueblos de los alrededores de Salzburgo, Taxham, fundado después de la guerra, no fue nunca la meta de ninguna excursión. No había ninguna fonda, nada digno de ser visto, ni siquiera algo que diera miedo. A pesar del palacio de Klessheim, del casino de juegos y del edificio oficial en el que tenían lugar las recepciones, que estaba inmediatamente detrás de los prados, Taxham, que no era ni un barrio de Salzburgo ni una población periférica ni una tierra de agricultores, a diferencia de lo que ocurría con la totalidad de los pueblos de la región, estaba a resguardo de toda visita, tanto de los que estaban cerca como de los que estaban lejos, de dondequiera que viniesen éstos.


* Nitrastur [2007, Fruela Fernández]
** Peter Handke. 1997. En una noche oscura salí de mi casa sosegada. Traducción de Eustaquio Barjau.

Los pies de la compasión


El Sr. Froy subió esta mañana a Sotrondio para asistir a "una orientación laboral". No entendió muy bien por qué la orientación se transformaba, a la vez, en una disculpa y una terapia de la funcionaria - aunque el Sr. Froy siempre ha tenido problemas de comprensión. 
Después bajó caminando por el valle. Vio un puente de fierro amarillo que tenía olvidado. Algunas huertas cuajadas, como piezas de musgo en un belén. Luego la niebla que se aglomeraba en la nieve, yendo a lo alto con la ventisca. Unos kilómetros de nieve puntuada y luminosa, mientras el pasto era más gris y la materia se replegaba. Entre las formas débiles, el Sr. Froy sentía el miedo, la ternura de la tierra.

El problema de la habitación

Con usura ningún hombre tiene casa de buena piedra. Ni vive en el bloque que construyó un bisabuelo, añadiría Mr. Froy.

Delega en la humedad

A la altura, quizá, de Tudela Veguín, en un julio asturiano, Mr. Froy miraba al clima teológico.




Hay algunas creencias japonesas, peculiares y antiguas, en torno a la eficacia mágica de cierta operación mental, sugerida, aunque no descrita, por el verbo nazoraeru. La palabra en sí no encuentra traducción adecuada en otra, pues se emplea para referirse a distintos tipos de magia mimética, así como a la ejecución de numerosas acciones de fe religiosa. Los significados comunes de nazoraeru, según los diccionarios, son "imitar", "comparar", "enlazar"; pero su sentido esotérico es sustituir en la imaginación un objeto o una acción por otro, de forma que se obtenga un resultado mágico o milagroso.

Por ejemplo: quizá no pueda permitirme construir un templo budista, pero sí puedo depositar un guijarro ante la imagen de Buda con el mismo sentimiento de piedad que exigiría la construcción del templo si fuera lo bastante rico para hacerlo. El mérito de ofrecer así ese guijarro se considera igual, o casi, al mérito de alzar el templo. [...] Si hiciera un hombrecillo de paja...y lo clavase con clavos de, al menos, diez centímetros en un árbol del templo a la Hora del Buey, y la persona representada en la imaginación por ese hombrecillo de paja muriese luego con atroz agonía... eso podría ilustrar un significado de nazoraeru.

Lafcadio Hearn (1903): Kwaidan: Stories and Studies of Strange Things