20 euros de historia

Pues resulta que esta tarde me ha pegado el palo un yonki en la calle Goya.

Y resulta que ahora tengo una frase de Jose, que es toxicómano y no te quiere mentir y ya está cansado y que, por eso, va pidiendo por la calle y contando su historia una y otra vez, porque no quiere tu dinero (si lo quisiera ya habría salido corriendo con él), pero tiene que seguir pidiendo y acumulando dinero (siempre solo, porque tiene un compañero con el que se junta, pero es una mala bestia y Jose lo deja encerrado en algún sitio, no sea que le vaya la cabeza y acabe atacando a alguien) para pagar la pensión y comprar comida y cumplir su plan, que es entrar en la casa de un camello (un camello que no deja entrar a nadie en su casa si no le enseñan dinero a través de la mirilla, pero basta con subir y bajar) y atarlo y amordazarlo para robarle los 12.000 euros que tiene guardados, y poder, por fin, pagarse los siete meses de tratamiento en una granja donde rehabilitan a toxicómanos, porque en los centros de la comunidad de Madrid lo único que hacen es repartir metadona y porque, después de todo, Jose hace mucho que está enganchado, y tiene un colega que es una mala bestia, y no quiere que se le vaya la cabeza y venga a por ti, y si quieres te llama por teléfono y te encuentra para lo que haga falta, porque Jose no es un tío chungo, no, y lo dice en serio.