Modestas ilusiones

A mí me caería bien un crítico que, por ejemplo, superpusiera el Ciento volando de Sabina y el Amor en vilo de Gimferrer para demostrar que aquél es bastante mejor que éste, y que ninguno de los dos llega siquiera a ser mediocre...

3 comentarios:

DLG dijo...

Como vivías en Nueva York
(o tal vez en Addis Abeba)
zarpó tu velero de Cork
y no arará en el mar tu esteva,
pues en tu túnica ya nieva
(sesenta y ocho en el Stork
Club de Tuset) la rubia breva
del tiempo de aquel sol de York
...
podría continuar:

ya que mi verso se renueva
en releyend a García Lorc
y ha regresado la manceba,
vámonos pues a comer hueva,
y quizá luego jamón york
(o como dicen, chopped pork)

etc.


¡Un respeto al maestro!


(¿los versos eran de Gimferrer o de Jon Juaristi?)

Anónimo dijo...

Ese crítico tienes que ser tú.

Fruela dijo...

hombre, estaría bien, si tuviera tiempos...