Subía el paseo del Nalón, fotografiando torres de electricidad, cuando se paró cerca de mí un chico que bajaba en bicicleta.
-¿Qué fotografías? ¿Los graffitis? Los hace un colega mío -me dijo.
Me fijé en que le faltaban los incisivos inferiores. Y me fijé, sin querer, ahí.
-No, sólo las torres. [No le dije que los graffitis, estos graffitis, eran previsibles, plomizos].
-¿Eres de alguna asociación ecologista?
-No, no. Simplemente fotografío zonas industriales...
-Ah, ya, lo mal que quedan... Pues tendrás mucho que fotografiar...
Me dio un tríptico sobre el cambio climático y siguió en la bicicleta.
Quería decirle que no, que a mí me gustan las fábricas, los edificios industriales, los ferruños.
Que, al mirarlos, dejo de comprenderlos, dejo de ver cualquiera de sus funciones.
Sólo proceso formas, tonalidades, contrastes. Y me inquietan, y me captan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario